Cuando a la hija de Jacqueline Tafoya, Emma, le diagnosticaron varias complejidades médicas en el útero, incluida la extrofia clocal (OEIS), estaba nerviosa, asustada y se sentía completamente sola. Jacque y su esposo estaban aprensivos y asustados por lo que le depararía en el futuro a su bebé.
Emma tuvo un comienzo difícil, pasó setenta y seis días en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal donde experimentó muchas complicaciones médicas. Este fue un momento increíblemente estresante para la familia. Cuando Emma tenía casi un año, Jacque se acercó a Raising Special Kids en busca de apoyo y orientación. Ella comparte: “Después de un año más o menos, me permití sentir cosas nuevamente y ya no ser el robot sin emociones en el que me había convertido. Mi ansiedad y el trastorno de estrés postraumático se hicieron reales en este momento. Sentí que nadie entendía por lo que estaba pasando hasta que me conectaron con Raising Special Kids”.
Debido al apoyo y la atención que Jacque recibió de Raising Special Kids, se inspiró para ser voluntaria de la organización. “Me convertí en mentor y finalmente encontré mi lugar y mi gente. RSK me proporcionó un sentido de comunidad. Pude ayudar a otros padres, lo que también me dio un sentido de identidad y propósito nuevamente. Me encanta ser una ama de casa criando a alguien con necesidades especiales, pero es solitario”.
Jacque ha sido padre líder durante varios años en Raising Special Kids y ha sido una gran fuente de apoyo para otras familias, ya que han necesitado esperanza y ayuda de un padre que entiende por lo que están pasando. Jacque está agradecida por la oportunidad de retribuir y ayudar a los demás. Jacque comparte: “Sin RSK, no habría podido recuperarme y ser la mamá osa luchadora en la que me he convertido. El apoyo que he recibido y las amistades que he hecho me han brindado una comunidad que me comprende. Ya no me siento perdido ni solo. Tengo una familia de padres y madres como yo, y ese sentimiento no tiene precio. Sin Raising Special Kids, no creo que estaría bien. Tener una tribu de padres con necesidades especiales ha hecho toda la diferencia en mi vida y en la vida de mi familia. Ya no me siento triste y sola, me siento apoyada y comprendida. ¡Estamos unidos para siempre, y eso es un sentimiento poderoso!”