Preparativos para ingresar a preescolar

Transición al Programa de Arizona de educación especial para la primera infancia

Al igual que muchos otros padres, Teresa Banas estaba nerviosa cuando llegó el momento de enviar a sus hijos a preescolar. Su hijo no hablaba tanto como su hermana gemela, y ella estaba preocupada por los retrasos en el desarrollo. Luego de una derivación al Programa de Arizona de Intervención Temprana (AzEIP, por sus siglas en inglés), un equipo evaluó a su hijo y le indicaron tratamientos. Luego derivaron a su hijo a un preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo en el distrito de su barrio, en Scottsdale, antes de que cumpliera tres años.

Banas afirmó que el AzEIP y los equipos del centro escolar contribuyeron a facilitar la transición de su hijo al Programa de Educación Especial de la Primera Infancia (ECSE) de su distrito escolar. Su hermana gemela actuó como modelo de sus compañeros, un programa utilizado para ayudar a niños y niñas en educación preescolar para niños con discapacidades del desarrollo a aprender junto a sus compañeros con un desarrollo típico»

Hope Dobbins también tenía cierta preocupación sobre el ingreso de su hijo en preescolar. Hoy tiene 12 años y asistió a un preescolar para niños con discapacidades del desarrollo en Tempe. Su hijo sufría convulsiones y debía alimentarse por sonda, por eso dudaba de que las necesidades de su hijo pudiesen ser atendidas en un salón de clase. Durante su primer año de preescolar, asistían a la escuela local, pero tanto ella como su hijo solían ponerse nerviosos y terminaban regresando al hogar. Ella sentía que su hijo necesitaba socializar, así que solicitó que lo evaluaran y lo inscribieran nuevamente para el siguiente año escolar. En esa ocasión, el profesor la recibió en la puerta y le sugirió que su hijo entrara y disfrutara con los demás.

«Si el profesor no hubiese hecho eso, no sé cuál habría sido nuestra experiencia», explicó Dobbins. «Fue muy sanador para mí porque su profesor me demostró que entendían las necesidades de mi hijo y que eran capaces de cuidar de él mientras estaba en la escuela».

ECSE es un programa estatal y federal obligatorio que ofrece sesiones de educación preescolar a niños y niñas de 3 a 5 años con retrasos en el desarrollo. El programa atiende a 8500 niños y niñas en todo el estado, señaló Suzanne Perry, directora de ECSE en el Ministerio de Educación de Arizona, Servicios para alumnos con necesidades educativas especiales.

Los niños y niñas menores de 3 años con problemas de desarrollo suelen ser derivados al AzEIP para su evaluación y los que reúnen los requisitos necesarios reciben servicios de tratamiento a domicilio. Una vez que el niño o la niña tiene entre 2 años y 6 meses y 2 años y 9 meses de edad, el equipo de AzEIP coordina una reunión de transición al preescolar para niños con discapacidades del desarrollo en el distrito escolar público del vecindario donde reside la familia, y deriva al niño o la niña previa autorización de los padres.

Los padres cuyos niños no participan en el AzEIP pueden comunicarse directamente con el distrito escolar de su vecindario para solicitar evaluaciones si tienen inquietudes respecto del desarrollo de su hijo o hija. Las familias pueden derivar a sus propios hijos a partir de los 2 años y 9 meses de edad.

Los distritos escolares también tienen la tarea de llevar a cabo eventos de extensión educativa en sus comunidades para ayudar a identificar y derivar a niños y niñas en edad pertinente con posibles retrasos a su distrito local para que sean evaluados, un proceso denominado Child Find (Búsqueda de niños). También se espera que los médicos, profesores y otras personas que trabajan con niños en edad preescolar deriven a los niños y niñas a su distrito local para que sean evaluados cuando corresponda. Según los cálculos de Perry, entre el 30 % y el 40 % de los niños y niñas que participan en el programa preescolar ECSE lo hacen a través del AzEIP.

El preescolar para niños con discapacidades del desarrollo es gratuito para los estudiantes que cumplen con los requisitos, y los niños y niñas asisten de dos a tres horas por día, durante tres o cuatro días a la semana. Los niños y niñas que reúnen los requisitos para recibir exclusivamente terapia del habla pueden recibir únicamente esa terapia una o dos horas por semana, pero al igual que en otros casos, es una decisión del equipo del IEP.

El coordinador de servicios del AzEIP del niño o la niña comenzará a hablar sobre la transición preescolar al inicio del proceso del AzEIP, señaló Tanya Goitia, coordinadora de perfeccionamiento continuo de la calidad del AzEIP. Asimismo, el coordinador del AzEIP organiza la reunión de transición al preescolar del niño o la niña antes de que cumpla 3 años.

Cómo llevar a cabo la transición

Las reuniones de transición al preescolar ofrecen a las familias la oportunidad de compartir información sobre sus hijos e hijas, hacer preguntas y manifestar sus inquietudes, informarse sobre el programa de preescolar y sus opciones, incluidos los horarios y el transporte, y hablar sobre los recursos necesarios. Si las familias están interesadas en otras opciones de educación preescolar, como Head Start o programas de educación preescolar privada, agregó Goitia, los representantes de estos programas podrían asistir a la reunión previa autorización de los padres.

La reunión de transición debe celebrarse en un horario y un lugar convenientes para la familia y el equipo escolar. Muchas familias desean reunirse en la futura escuela del niño o la niña para familiarizarse con el centro educativo y el personal, pero las reuniones también pueden celebrarse en el hogar de la familia.

Durante las reuniones de transición, Perry recomienda que los padres pregunten sobre el porcentaje de niños y niñas con discapacidad y sin ella, y soliciten un entorno lo más integrador posible. «Los niños y niñas en preescolar son muy generosos, amables y solidarios», explica. «Desde el inicio comienzan a aprender unos de otros, por lo que es muy beneficioso que estén juntos».

Los niños y niñas pueden estar en aulas con compañeros de desarrollo típico o en aulas independientes con alumnos con necesidades especiales. «Trabajamos con los centros escolares para analizar las experiencias del niño o la niña cuando ingresa en preescolar», explica Perry. «¿Le resulta fácil al niño o la niña llevarse bien con los demás en el parque o la biblioteca? Entonces no debería ser muy diferente en preescolar». Recomienda a los padres que hablen también de las capacidades sociales y emocionales de su hijo o hija, de su conocimiento y capacitación hasta el momento y de sus habilidades de autoayuda para determinar la ubicación adecuada del niño en el aula.

Los niños y niñas que llegan por medio de AzEIP y califican para un programa de preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo deben ser asignados antes de su tercer cumpleaños y podrán comenzar cuando se reinicien las clases si es durante un receso. Cuando los padres se comunican con el distrito escolar por su propia cuenta, el centro educativo debe llevar a cabo un estudio en un plazo de 45 días y una evaluación en un periodo de 60 días si considera que el niño o la niña puede tener una discapacidad. Si el niño o la niña reúne los requisitos, la escuela debe elaborar el Programa de Educación Individualizada (PEI) del estudiante en un plazo de 30 días. Los IEP se elaboran en función de las fortalezas y necesidades del niño o la niña, identificadas en la evaluación.

Ya sea que un estudiante sea derivado por medio de AzEIP o directamente por sus padres, los niños que califican recibirán un PEI y serán elegibles en virtud de una de las categorías de educación especial del estado, que incluyen retraso grave en el desarrollo, deficiencia auditiva, retraso grave en preescolar, trastorno del habla/lenguaje, deficiencia visual o autismo. Tradicionalmente, el autismo no se incluía como una categoría de PEI para preescolar, explicó Perry; pero a partir del 1 de julio el autismo será incluido, junto con otros trastornos. A partir de julio, todas las categorías de elegibilidad por discapacidad K-12 se podrán utilizar para los PEI de preescolar.

Susan Olson-Shinn, directora del programa de preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo del distrito escolar unificado de Flowing Wells, y Sara Piekarski, foniatra, trabajan sin descanso para asegurarse de que los niños y niñas, junto con sus familias, se sientan bienvenidos a su programa. El distrito de Flowing Wells está ubicado al oeste de Tucson.

«Las transiciones pueden ser difíciles, pero tenemos muchas herramientas a nuestra disposición», afirmó Piekarski. «Muchos de nosotros somos padres y madres que hemos tenido a nuestros propios hijos en este programa».

Los profesores se comunican con las familias mediante una aplicación y envían boletines informativos, y los padres y los profesores participan en dos conferencias al año. «Somos una comunidad», afirmó Olson-Shinn. «Trabajamos juntos, y los padres y madres forman parte de ese equipo para apoyar a los niños pequeños de nuestra comunidad».

Aunque los programas de preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo ofrecen servicio de transporte a los estudiantes que cumplen con los requisitos; a muchos padres y madres les preocupa que sus hijos e hijas de 3 años viajen en autobús. «Los conductores de autobús son muy amables», afirma Piekarski para tranquilizar a los padres preocupados. Durante las reuniones de transición al preescolar, los padres suelen conocer al conductor del autobús, al profesor de su hijo o hija y visitar el aula.

Otras opciones

Los distritos escolares ofrecen programas de ECSE en todo el estado, incluso en zonas remotas como la Nación Navajo. Los programas preescolares para niños y niñas con discapacidades del desarrollo de los distritos escolares públicos pueden existir a varios kilómetros u horas de distancia, explicó Trudy Billy, directora del programa tribal de Raising Special Kids.

Las familias que viven en la Reserva Navajo también pueden solicitar que su hijo o hija asista a un programa de preescolar para niños con discapacidades del desarrollo administrado por la Oficina de Educación Indígena (BIE, por sus siglas en inglés). Es posible que los padres prefieran un programa de BIE si tienen familiares o amigos que enseñan allí. Las familias pueden obtener más información comunicándose con su escuela local BIE. Un directorio de escuelas BIE está disponible en https://www.bie.edu/schools/directory.

Algunos padres eligen otras opciones para sus hijos. Los padres de niños y niñas con autismo pueden optar por un tratamiento de Análisis Conductual Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés), de tiempo completo, en lugar de un programa preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo. O se puede recurrir a la Cuenta de Becas de Capacitación (ESA) para financiar servicios para niños y niñas en edad preescolar. Las familias pueden solicitarla para sus hijos de entre 3 y 5 años que tengan una discapacidad. La familia recibe un porcentaje de los fondos que el estado destinaría a la educación de su hijo o hija y se compromete a no enviarlo(a) a la escuela pública.

El hijo de Renee Johnson fue diagnosticado con autismo a los 2 años, y al cumplir los 3, participaron en una evaluación de su distrito escolar. La familia decidió solicitar la ESA para financiar un centro de preescolar y jardín de infantes privado. Utilizaron dinero adicional de la ESA y del seguro para pagar un coordinador personalizado en la clase. En esos años logró un avance significativo, explica Johnson, y ahora asiste a la escuela pública de su vecindario.

Los padres y madres cuyos hijos han asistido a un preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo recomiendan a las familias que mantengan una comunicación abierta con el equipo educativo. «No existe una pregunta equivocada», afirma Banas. Su hijo finalizó el preescolar para niños y niñas con discapacidades del desarrollo en mayo de 2023 y comenzará el jardín de infantes en agosto.

«Puedes hacer una pregunta tres veces si deseas escuchar la respuesta tres veces», agregó Banas. «La intervención temprana nos guió en cada paso y, luego de inscribir a nuestro hijo en preescolar, el centro educativo se puso en contacto con nosotros. La profesora nos mostró cómo era un día típico, de manera informativa y práctica. Estamos encantados con la experiencia».

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